Ir al contenido principal

Don Quijote de la Mancha: Primera parte capítulo II

La primera salida de Don Quijote:

Después de prepararse para salir de su tierra, Don Quijote se da cuenta de que aún no ha sido nombrado caballero oficialmente, de continuar así, no podría combatir con otros caballeros, y debía llevar armas sis ningún tipo de distinción, tampoco contaba con un emblema en su escudo, estos pensamientos por poco hacen que desista, pero su locura era tan fuerte, que decide armarse del primer caballero con el que se tope, bastante optimista el flaco.

En su camino, empieza a cantar alabanzas hacia el sabio que escriba sobre sus hazañas en el futuro y a bendecir la época en la que estas salgan, también le dedica unas a Rocinante, implorando que dicho autor no se olvide de él. Luego le vocifera unos pensamientos a su amada, como si se tratase de un caballero realmente enamorado, en eso, a lo lejos ve a dos prostitutas, trabajando en una venta, quienes para el Quijote son dos hermosas doncellas de un castillo; el dueño de la venta llega, y le invitan a comer .

Durante la comida, las mujeres no contienen la risa de las ocurrencias y la forma de hablar tan extraña del quijote, al ver a este enojado y armado, a pesar de parecerse graciosa la situación, decide hablarle respetuosamente, debido a la forma de hablar de Don Quijote se dan varios malentendidos con el dueño de la venta, al ser desarmado por las doncellas les recita un verso del romance de Lanzarote adaptado a la situación, al no poder quitarle su casco, las mujeres alimentaban al Quijote poco a poco, la comida no era tan buena, pero el Quijote sentía que comía alimentos de primera calidad y que se encontraba en un castillo, todo este sentimiento venía acompañado de la pesadumbre de aun no verse armado caballero.

Comentarios